martes, marzo 27, 2007

Una conversación cotidiana


Caminaba a casa luego del trabajo, subí al bus y comencé a escuchar lo siguiente:
¡Tengo hambre! dijo el estómago.Tu no tienes hambre dijo el cerebro. Entonces, qué tengo sabelotodo - solo deseos de llegar a casa. Qué sabes tú, si lo único que haces es soñar.¡Tengo hambre! volvio a repetir. Yo también dijo el corazón. Que sabes de hambre sentimental. Tengo hambre de amor. Bah! En esta conversa tu no tienes participación hasta que yo no tenga hambre, dijo el estomágo y volvio a repetir ¡Tengo hambre!.
Así hasta que llegué a casa y preparé mi once.

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