lunes, agosto 21, 2006

Una foto antigua


Reviso nuevamente las fotos antiguas y encontré una donde estoy con mis hermanos Eduardo y Lorena. ...nuevamente tengo miles de preguntas sin respuestas...

La primera que se me viene a la cabeza es quién nos tomó la foto...no lo sé.

Tampoco sé el año de la foto pero por los escalones que están a nuestras espaldas estabamos en el cerro Las Cañas en Valparaíso por el año1971, si es así, Eduardo, el Edu tendría unos 5 años, Lorena, la Lore 3 y yo 4 años. Viviamos con mis papás en la casa de mis abuelos Matilde y Arturo, también vivia mi tía Judith hermana de mi mamá.

No sé por qué no puedo dejar de mencionar que frente a nosotros había un papayo donde colgaban una jaula con un gorrión que silvaba cada vez que mi tata Arturo o mi mamá le silvaban.

También recuerdo que para llegar a esta casa subiamos muchos escalones de cemento los que terminaban en una casa donde vivía una abuela con su hijo que ya tenía sus años y muchos gatos gordos y grandes, en la noche apenas se divisaban sus siluetas pero sus ojos eran enormes y brillaban con la luz, me asustaban.

El Edu era muy inquieto y travieso, yo también lo era, en cambio la Lore era tranquila y muy apegada a la mamá.

Jugabamos y peliabamos mucho, cuando jugabamos a vender la Lore era la cliente, cuando jugabamos al doctor la Lore era el paciente, cuando jugabamos a los astronautas la Lore era el marciano y si jugabamos a los vaqueros ella era la villana... jajaja!...no le quedaba elección era la menor.

El travieso Edu se le ocurría jugar a la peluquería, él era el peluquero y mi hermana y yo eramos las clientas, claro está que el juego era con tijeras de verdad y nos cortaba el pelo de verdad, siempre terminabamos con chasquilla corta y disparejas...mi hermano y sus ocurrencias.

A mi me gustaba jugar en la calle en un cerro típico de Valparaíso, en una de las lomitas me tiraba sentada en un cartón, era entretenido, la mayoría de las veces terminaba sentada sobre el suelo sin el cartón con mis calzones llenos de tierra y rotos ...hasta que un día había una piedra que sobresalía y mientras bajaba a toda velocidad, según mi imaginación infantil, topé una piedra con uno de mis pies y me fui de bruces quedando de guata sobre el suelo, me rompí las rodillas, me sangraban. No lloré pero me ardía mucho, mi rodilla tenía tierra revuelta con sangre, me fui a la casa a pesar que sabía que me iban a curar con agua oxigenada y metapío...Puchas! que me dolía...

Hoy, treinta años despúes revisando esta foto en blanco y negro que en sí ya es muy antigua, es muy especial porque me traslada a una época donde era muy feliz y a la vez me llama la atención porque en los rostros de los niños de la fotografía, en la sonrisa del Edu y la mia y, la mirada temerosa de la Lore me encuentro con los rasgos de mis hijas y de mis sobrinos, estamos en ellos.

También veo como el tiempo a pasado y esos niños de la foto de miradas inocentes que creian en el viejo pascuero siguieron su camino y hoy, ya canosos, vivimos separados por las distancias geográficas pero unidos por los recuerdos de nuestra niñez y adolecencia, buenos y malos recuerdos, recuerdos.

Como hijos somos la prolongación de nuestros padres y los únicos que sin saberlo, sin darnos cuenta, en nuestros gestos, formas físicas y formas de actuar, cada uno de mis hermanos y yo llevamos un pedacito de nuestra mamá que en paz descansa y los que heredamos a nuestros hijos, somos recuerdo vivo.

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